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Debemos dejar a un lado la idea de que cuando algo se rompe hay que ir rápidamente a sustituirlo.

El mundo de la moda da muchas vueltas y cada vez tenemos más y más posibilidades de adquirir lo que deseamos, donde el fast fashion nos a rebasado , en los últimos años ha crecido la tendencia de comprar artículos pre-loved, segunda mano , es decir usados.



Muchas veces el solo hecho de pensar en ponernos algo que ya se usó nos asusta un poco, sin saber que detrás de esto hay algunos beneficios, que convierten a este tipo de compras en una muy buena opción.




Los beneficios

  • Tal vez el mayor beneficio de comprar prendas usadas es que sin duda estas ahorrando dinero, cualquier compra de segunda mano siempre será más barata que algo nuevo. Muchas veces podemos encontrar ropa de buena calidad y prendas de marca en muy buen estado y a precios bajos. A esto se le llama compras inteligentes.

  • Siempre podrás encontrar prendas únicas, ya sea que estén a la moda o vintage, cosas que no conseguirás en cualquier tienda o centro comercial.

  • Al comprar ropa de segunda mano estamos reutilizando, dándole una nueva vida a la vestimenta que ya fue de alguien y no solo eso, sino que de paso ayudamos al medio ambiente. Ya que volver a usar es mucho mejor que comprar algo nuevo o reciclar algo viejo.

  • ¡Tu también puedes vender! échale un vistazo a tu armario y saca todo lo que ya no usas. Eso si, recuerda que lo que quieras despachar debe estar en muy buen estado. Siempre encontrarás a alguien que quiera lo que tu ya no quieres.




Guía para comprar con éxito


1. Al encuentro del tesoro.

Nunca es bueno ir a una tienda de segunda en busca de algo muy concreto. Más bien hay que tomárselo como un juego al estilo la búsqueda del tesoro. Allí hay prendas únicas y no siempre tenemos la suerte de que el vestido del que nos enamoramos sea de nuestro talle y nos quede bien.




2. Que el ahorro no sea la prioridad.

La expectativa del ahorro no siempre se cumple. Es más realista pensar que uno encontrará por precios similares a los del mercado, ropa mejor confeccionada, de buena tela y -con un poco de suerte-, enriquecida con puntillas y bordados que hoy no existen.




3. Cómo evaluar el desgaste.

Las axilas, los puños y el cuello son las zonas que más se desgastan. Por eso, poner especial atención allí nos dará una idea de qué tan usada está esa prenda que tanto nos gustó.



4. Las etiquetas hablan.

Un buen ejercicio es leer las etiquetas de composición. Así sabremos si se trata de un modelo 100% algodón, gasa, seda y de qué origen es.

1. Que el caos no te abrume.

Cuando el espacio tiene mucha mercancía y la exhibición es confusa, tener un método de búsqueda puede ayudar. Identificar primero los colores y las estampas que nos llaman la atención es un buen puntapié para después fijarse en los modelos.

2. Las manchas dan paso a la frustración.

Lo mejor es no comprar ropa manchada. Si te encaprichaste es bueno saber que es más fácil remover una mancha sobre blanco que sobre color. Las primeras soportan mejor el remojo y el agua caliente, las otras pueden desteñirse. Las gasas y sedas no son resistentes y suelen romperse si se insiste en el frotado.



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