La industria de la moda posee una gama de labores, un gran número de personas
trabajan “tras bambalinas” incluso hay puestos que involucran la parte conceptual
como la parte técnica de una editorial o campaña de moda. Una de las profesiones más importantes en la industria es dar el resultado de un atuendo perfectamente bien armado, no solo en el desfile, también en el Street style, es el trabajo creativo, maquillistas, peinadores, diseñadores y los muy poco reconocidos “fashion stylist”.
Muchas veces un Fashion Stylist es confundido con el estilista, quién trabaja en salones de belleza, además hay personas que piensan que es únicamente un personal shopper. Sin embargo, el stylist es una persona que guía a los clientes (ya sea para grupos de moda, cantantes, políticos, empresarios) para que puedan proyectar a través de su forma de vestir lo que desean, se encarga de ver las características físicas de la persona y para qué necesita los cambios de ropa.
El trabajo de stylist es un trabajo de mesa, de estudiar tendencias, crear historias conociendo qué es lo que le queda bien a la persona que vas a vestir. Es muy diferente hacer stylist para una modelo que para una celebrity o para una persona en su día a día. Son personalidades, situaciones y enfoques distintos. Es la imagen que quieres vender o demostrar a los demás, se encarga de plasmar la idea conceptual del proyecto, pero enfocado solo en la ropa.
"Sita Abellan, Stylist personal de J balvin"
El styling es escoger como se va a ver estéticamente la prenda, debe crear una narrativa o mundo imaginario a partir de lo que le dice el director de arte, el fotógrafo y/o el cliente. Siempre digo que la moda es un modo de expresión y hoy en día es considerada un arte. Los principales roles de un estilista de moda, sé
pueden desglosar esencialmente en estas tres categorías:
Diseño editorial / Styling para sesiones de fotos, consultoría de marcas y styling de celebridades. El proceso creativo de los estilistas inicia en la realización del moodboard (que es la búsqueda de referencias y conceptualización de la idea a plasmar), después sigue el acercamiento a las marcas para los préstamos editoriales e ir por las prendas, y en este punto es cuando inicia el trabajo pesado.
Por ejemplo, cuando admiras a un artista, sueles imitar su forma de vestir (o al menos, lo intentas). Algunos se caracterizan por un look muy marcado e incluso llegan a crear tendencia; otros, en cambio, parecen no darle mucha importancia a su imagen y Estela Benítez experta en moda explica los estilismos habituales de Sam Smith:
“Su imagen es andrógina y ambigua; le gustan los trajes elegantes para ciertas ocasiones, pero su rollo transgresor sí tiene que ver con su música. Trabaja mucho
sus looks con zapatos de plataforma; se lo piensa mucho y su música es
electrónica y muy fina con lo cual, concuerda perfectamente con su forma de
vestir”.
Además si nos ponemos a reflexionar nos damos cuenta de que todo esto sucede gracias al gran trabajo y esfuerzo de los stylists, ya que ellos tienen la tarea de analizar las prendas de lo que quieres proyectar. Como ya se había mencionado
anteriormente sin ellos realmente no seriamos nada, ya que están de tras de todo
esto.
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