La moda está en todas partes; en la calle, en la industria y en los medios. Es un espejo de lo que vivimos y de nuestros filtros culturales y sociales. En México estos son demasiado amplios. México es un país muy grande, con muchísima cultura, donde cada estado cuenta con sus propias particularidades. Al hablar de crear una identidad de lo que es una moda mexicana tenemos que tomar en cuenta cada una de las características y diferencias entre las regiones de nuestro país; norte, centro y sur.
El norte: la industria.
FOTO: couer brand
Cuando pensamos en el Norte de México; pensamos en industria, el Tec de Monterrey y carnita asada, pero ¿qué pasa con la industria de la moda?
Su cercanía con EUA se puede interpretar como una bendición o una maldición. Estar cerca de una potencia mundial puede traer muchas ventajas, pero también entorpece el comercio local, así como la difusión del mismo. Si bien existe una industria y maquila considerable en el norte del país, la conexión entre esta industria y diseño se pierde. Hay una idea vaga del diseño de moda entre pasarelas de mall, eventos sociales y aspiraciones de moda extranjera, donde si ahorramos tantito todxs podemos comprarnos nuestra bolsa Chanel.
Sin embargo se empiezan a ver proyectos emergentes, tanto marcas como plataformas de exposición donde el tema de la moda se toma en serio y el estereotipo regio se rompe. Aunque si comparamos con el centro del país aún falta trabajo por hacer.
La influencer regia Anna Sarelly y lanzó su controversial línea de accesorias y ropa que desde 1 inicio generó polémica por sus altos precios.
El centro: Área de oportunidad.
Escuelas de modas, plataformas y espacios de exposición. Ciudades muy trendy con la promesa de innovación donde están pasando las cosas, pero, ¿en realidad están pasando o se queda en un concepto para gente con un nivel socioeconómico elevado, por no decir white mexicans? Puede que sí, pero no se puede ignorar el hecho de que el centro del país es un generador de diseñadores y diseño, cuna de talentos y trendmaker.
El problema: la industria de la moda está demasiado centralizada con pocas oportunidades que se quedan en un pequeño círculo.
El sur: Diversidad cultural
Si hablamos de indumentaria mexicana, hablamos del huipil y los trajes oaxaqueños que a Frida Kahlo le gustaba usar. Honestamente es una idea algo arraigada de lo que es la identidad mexicana actualmente. No malinterpretemos, claro que forman parte de nuestra identidad cultural, pero a veces pareciera que es lo único, especialmente para el sur del país. Sin embargo esta idea no es errónea, efectivamente existe mucha producción artesanal, textil e indumentaria tradicional. El problema es cuando se quiere esta producción artesanal en masa y los textiles nacionales se convierten en un producto de la moda y una atracción turística.
En el sur se lucha por generar diseño junto con la comunidad sin llegar a la apropiación cultural, que sabemos es un tema delicado en el mundo de la moda. Y lo cierto es que muchas veces el comercio justo del que se presume no es tan justo.
Y ¿dónde queda la industria de la moda?
México es un país con demasiada diversidad pero con mucha discriminación, clasismo, desigualdad y pocas oportunidades. Si México quiere formar una industria de la moda debe construir una plataforma homogénea donde se preste atención a los diseñadores y talentos sin prejuicios ni estereotipos y presentarse como lo que es; una mezcla.
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