Desde Rapp y su novia/guitarrista Towa Bird alargando “Linger” en el escenario en Londres hasta la ardiente gira de prensa gay de Kristen Stewart para Love Lies Bleeding, Billie Eilish canta sobre su deseo de "comerse a una chica para el almuerzo", El sexo lésbico está presente en la cultura pop mainstream de una manera sin precedentes y, a menudo, vertiginosa. Las lesbianas se sienten libres de ser abiertamente deseosas ahora, y no podría estar más emocionada. Este momento ha tardado mucho en llegar: el sexo lésbico ahora es un tema frecuente en la cultura pop.
Mujer contra mujer
Durante muchas décadas , la representación sáfica en la música pop fue limitada y a menudo inofensiva. Canciones como “Girls Like Girls” de Hayley Kiyoko y ofrecían avances en la representación LGBTQ+, pero sus tonos dulces y letras inocentes no reflejaban completamente la erótica queer femenina o incluso anteriormente en habla hispana aquel himno de nuestros padres "Mujer Contra Mujer de Mecano hablaba de un romance prohibido entre dos damas. Pasando por lor 00s cuando Katy Perry canto sobre besar chicas, expresaba más una sexualización para el male gaze que realmente una representación real sobre el romance entre dos mujeres
Pussy is god
El cambio real comenzó tras la legalización del matrimonio igualitario en 2015. Los íconos pop queer ya no sentían la necesidad de suavizar su mensaje para buscar aceptación. En 2017, Hayley Kiyoko lanzó “Sleepover,” una canción que explora fantasías lésbicas de manera abierta y sexy. Ashnikko salió del armario como bisexual y lanzó Slumber Party, una oda al deseo femenino puramente carnal. Ese mismo año, King Princess debutó con canciones como “Pussy Is God,” o"Pain" llevando la representación queer a nuevos niveles.
La canción del verano un himno sáfico
Hoy en día, la música pop sáfica es más explícita y visible que nunca. Artistas como Chappell Roan están liderando esta nueva era con canciones que celebran abiertamente el deseo lésbico. Su éxito viral “Good Luck, Babe!” y sus impactantes actuaciones en Coachella son testimonio de cómo ha cambiado la cultura pop. Roan y otros artistas contemporáneos no solo están teniendo éxito en la comunidad LGBTQ+, sino que están logrando un verdadero crossover al público general, algo impensable hace una década.
Este cambio es importante no solo por la visibilidad que brinda a la comunidad LGBTQ+, sino también porque desafía las ideas conservadoras sobre la sexualidad queer.
La presencia de música que celebra abiertamente el deseo y el sexo entre mujeres ofrece a los jóvenes queer una representación positiva y liberadora que puede ayudar a reducir la vergüenza y la alienación que muchos sienten durante su adolescencia.
La evolución de la música pop lésbica, desde la censura hasta la celebración del deseo, refleja un cambio cultural más amplio hacia la aceptación y la normalización de la diversidad sexual. Esta nueva era de música pop no solo ofrece entretenimiento, sino también un espejo en el que muchos jóvenes queer pueden ver reflejadas sus propias experiencias y deseos, ayudándoles a sentirse menos solos y más aceptados en el mundo.
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